El hambre es una de las partes más difíciles de perder peso. Sin embargo, una investigación danesa sugiere que si logras mantener a raya el peso durante un año, ese sentimiento desaparecerá.
Los investigadores monitorearon los niveles hormonales de 20 personas obesas que llevaron una dieta ultra baja en calorías durante dos meses, perdiendo en promedio 13% de su peso corporal. Después los sujetos entraron en un plan menos estricto de mantenimiento durante un año y su peso se mantuvo estable.
Los investigadores encontraron que la hormona ghrelina, la que te hace sentir hambriento, se incrementó en un 23% luego de la pérdida de peso inicial de los sujetos.
Así es, como si perder peso no fuera suficientemente difícil, tu cuerpo lucha contra tus esfuerzos con una sensación de apetito sobrecargado. Los investigadores indican que esto puede ser el instinto de supervivencia de tu cuerpo.
Sin embargo, durante el año siguiente, los niveles de ghrelina de los sujetos bajó en un 7%.
Al parecer tu cuerpo se adapta lentamente a su nuevo peso durante un año, señala la doctora Signe Sorensen Torekov, coautora del estudio. Mientras tu cuerpo se adapta a su nuevo peso, disminuye la producción de tu hormona del apetito.
Los investigadores también encontraron que existen dos hormonas que te ayudan a sentirte lleno -GLP-1 y PYY3-36- las cuales se incrementaron gradualmente durante el año de pérdida de peso de los sujetos.